Europa se construyó caminando. Durante la Edad Media, las rutas de peregrinación a Compostela fueron el primer elemento vertebrador en una Europa fragmentada. La actual Unión Europea nace igualmente de una Europa rota y enfrentada tras la Segunda Guerra Mundial, en busca de valores que permitan recuperar el sentido de la unidad. La elección de la temática del Camino de Santiago entronca con la necesidad de encontrar elementos y valores comunes que refuercen los vínculos con Europa y el sentimiento de pertenencia, en un contexto de cuestionamiento de los valores europeos.
La educación patrimonial a partir de los bienes culturales del Camino inicia un diálogo intercultural sobre lo que tenemos en común y permite redescubrir el patrimonio, no como algo estático o del pasado, sino como una herencia que evoluciona a través de nuestro compromiso con él. Por tanto, interactuar con el patrimonio es interactuar con nuestra identidad. Transmitir la idea de la importancia de su conservación es contribuir a la construcción de un futuro integrador, cosmopolita y universal.
El proyecto CompostEVA espera hacerse eco de la oportunidad de aprendizaje que representa el Camino de Santiago y utilizarla en beneficio del objetivo que se persigue: la educación patrimonial en entornos virtuales de aprendizaje (EVA) que favorezcan la adquisición de competencias básicas, en particular, las competencias sociales, digitales y autorreguladoras, entre un público adulto.